Su desicion de llegar salvo tal vez la vida de un niño y lograron atender entre los dos equipos a mas de 500 personas

Al su llegada a Altagracia de Orituco, a mas de 55 de kilómetros de carretera rural de su destino,en el Estado Miranda, recibieron la primera información negativa. "No van a lograr pasar,es imposible" menciono un lugareño del pueblo.
A lo lejos en la montaña, negros nubarrones presagiaban fuertes lluvias.

Nos conseguimos todos en la población de San Francisco de Macaira. Alli el equipo de apoyo de la Cooperativa Cafecao esperaba impaciente. Habia habido un retraso y las lluvias en la montaña podían empezar caer en cualquier momento. Después de dos horas de espera seis unidades de clínicas móviles hacían su aparición en el pueblo.

Mi cara de impaciencia se transformo en una de preocupación, no eran las unidades rusticas que esperaba ver.”Dios no van a pasar, pensé y menos si empiezan las lluvias”.Dos unidades de la Cooperativa Cafecao ya se encontraban en el sitio para dar apoyo.Pregunte por el coordinador y le notifique mis dudas. “Creo que no podremos pasar con estas unidades”, le dije apesedumbrado,son muy bajitas”.tal vez algunas se queden en el camino”.
Ya estamos aquí tenemos que intentarlo" nos menciona la doctora y así empezó el ascenso a las mas de 12 comunidades de la zona sur de Acevedo parte baje.

Durante toda una semana las comunidades habían soportado las consecuencias de un virus.Mas de la mitad de los habitantes presentaban cuadros de diarrea, dolores de cabeza, fiebres y los niños con asma.Esperaban las unidades.

No fue fácil, aunque las amenazantes nubes no se decidían en dejar caer las fuertes lluvias, la carretera era toda una prueba para los chóferes y personal medico que venían en las unidades.No había ninguna decisión de parte de ellos de devolverse. Era como si tuvieran una cita importante con alguien en la comunidad. Mas adelante nos daríamos cuenta que así era.

El fino blanco y rojo de las unidades contrastaba con los agrestes caminos y el verde montañoso de Guatopo.Por cada comunidad que pasábamos nos encontrábamos con los ojos de asombro de sus habitantes.No lo podían creer.Jamas unidades como esas habían visitado sus comunidades.

Había algo interesante en el carácter de los chóferes y personal medico que componían el convoy.Era como si todos, como un solo cuerpo y mente hubiesen decidido llegar.Solo gracias a eso y al trabajo en equipo con la Cooperativa Cafecao, en poco menos de dos horas nos encontrábamos en el lugar donde se levantaría el campamento y se procedería a atender a la comunidad.Los grandes nubarrones aun solo representaban una amenaza.

Debido a lo tarde de la hora de llegada se decidió esperar a la mañana para comenzar a atender a las comunidades.Ademas fuertes gotas de lluvias empezaban a caer sobre el improvisado campamento.En pocos momentos mas de medias docenas de carpas cubrían parte de lo que nosotros en la comunidad llamamos el plan.Me acerque a la doctora y lo notifique de lo fuertes de las lluvias.Son todo un espectáculo de truenos rayos y centellas, le dije preocupado. “Estaremos pendiente, no te preocupes”. Si soy sincero más de una vez me confundió y hasta molesto esta permanente actitud positiva de la doctora. Afortunadamente las anunciadas lluvias no se desataban.Eran como si hubiesen decidido detenerse a observar toda esta actividad en la comunidad.

El primer caso tratado en la mañana nos hice entender el porque de esa decisión de no volver atrás el día anterior.Era un niño.Su aspecto consumido por el asma de varios días preocupo altamente a la doctora.Sus labios, piel y ojos eran prueba de la ya casi perdida batalla que libraba su pequeño cuerpo por mantenerse.Ya cientos de personas de mas de nueve comunidades de la zona rodeaban las unidades medicas.Habia de todo:problemas respiratorios,diarrea,fiebre,dolores de cabeza, asma, cortadas, ronchas, tensión otros deseaban aprovechar los servicio de odontología u oftalmología.

Por mas de doce hora, solamente interrumpidas para comer, los médicos y equipo de Cafecao mantuvieron una actividad agotadora.No hubo una sola persona de todas las presente que no fuese atendida.

Ya, al siguiente día, cuando la partida era eminente, una comunidad agradecida miraba de nuevo la caravana blanca y roja que marchaba por los agrestes caminos de la zona sur de miranda. Fuertes nubarrones seguían formándose, amenazando, esperando. “Se fueron los médicos- dijo una niña que observaba la partida- y ahora cuando volverán”

Muchas gracias camaradas, tengan la plena seguridad que cumplieron su misión.

Por cierto Doctora, aunque le sea difícil de creer,6 horas después de su partida, callo por mas de cuatro horas, uno de los palos de agua mas espectaculares que hallamos vistos en la zona.Todo un espectáculo de rayos, truenos y centellas